Desde los departamentos legal y de recursos humanos de EXELADE, y tras diversas consultas recibidas, publicamos este post con un resumen de los puntos a tener en cuenta a la hora de implantar un sistema de retribución basado en la entrega de “acciones fantasma” o “Phantom Shares”

¿Qué son las Phantom Shares?

Una fórmula de retribución a los empleados y colaboradores clave de la empresa. Las Phantom Shares son derechos económicos vinculados al valor de las participaciones/acciones de una compañía.

A través de esta modalidad de retribución, se concede al empleado la posibilidad de ejercitar sus Phantom Shares en un momento determinado previamente pactado, y al ejercitarse recibirá una compensación económica por la diferencia entre el valor de la acción/participación en el momento en que se otorgó y el valor que tiene en el momento de ejercitarse la opción.

¿Cuál es el incentivo?

Asegurar la permanencia en la sociedad de empleados clave, compartiendo el valor económico del capital, pero sin perder derechos de propiedad de la compañía (que si sucede si retribuimos a través de acciones).

El incentivo para el empleado de este sistema, radica en la revalorización que pueden tener esas participaciones/acciones con el paso del tiempo.

¿Cómo se articulan?

Al tratarse de una figura atípica, su forma resulta altamente flexible y se puede diseñar de varios modos. Lo habitual es establecer un calendario y una serie de condiciones que, si se cumplen, conllevarían el cobro para su beneficiario de un importe pactado.

¿Los empleados pasan a ser accionistas?

Los empleados nunca adquirirán la condición de socio de la empresa. Es por ello, que las Phantom Shares son una interesante opción cuando se quiere asegurar la permanencia en la sociedad de empleados clave,

¿En qué casos interesa?

Estos sistemas resultan adecuados especialmente para:

a) empresas de nueva creación o startups (cuyo principal activo suelen ser sus empleados-promotores, a quienes se pretende fidelizar mediante la entrega de este tipo de acciones)

b) o empresas familiares (en las que con frecuencia se trata de evitar la entrada de socios ajenos a la familia).

¿Porqué aplicar este sistema en mi empresa?

Las ventajas de las Phantom Shares son claras:

Primero.- Fidelizar, retener a empleados clave, ya que las Phantom Shares tienen un periodo de otorgamiento y en caso de no cumplirse dicho período se perderían automáticamente los derechos.

Segundo.-Motivar e incentivar a los empleados/colaboradores para que la empresa crezca, ya que el valor de su derecho va vinculado a la evolución (revalorización) de la compañía. Permiten pues alinear al equipo directivo con los intereses económicos de la compañía.

Tercero.- El beneficiario de las Phantom Shares no se convierte en socio de la compañía, aunque disfruta de su principal ventaja: los derechos económicos. Tampoco hay dilución para los socios existentes o futuros ni se atomiza la distribución del capital, lo que facilita la gestión, manteniendo el atractivo para los inversores.

Cuarto.- Permiten reducir los costes iniciales de los empleados/colaboradores. Estos sistemas de retribución sirven para intentar minimizar la parte fija del salario y que parte del salario sea variable en función de la evolución de la compañía.

¿Quién valora y cómo se valoran las acciones?

El uso de este tipo de sistema retributivo hace necesario contar con un experto independiente que establezca el valor de mercado de la sociedad y elabore, en su caso, un modelo que permita actualizar dicha valoración en el tiempo.

¿Cuál es el tratamiento contable?

El tratamiento contable de este mecanismo de retribución está recogido en la Norma de Registro y Valoración 17.2 del Plan General Contable, como transacciones de pagos basados en instrumentos de patrimonio con los empleados que se liquidan en efectivo o en otros activos. En estos casos el PGC indica que el compromiso derivado de la entrega constituye un pasivo cuyo valor razonable deberá actualizarse en la fecha de cierre de cada ejercicio.